Por qué no hay motos turbocargadas
Salvo algunos experimentos en décadas pasadas, no es nada común encontrarnos con motos turbocargadas, hoy te decimos por qué ocurre esto con las dos ruedas
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La Honda CX500 Turbo, todo un clásico
Sabemos que muchos de nuestros lectores son verdaderos fanáticos de las motocicletas, y es sencillo de entender, pues una vez que te montas a una para ponerte al mando, la verdad es que la vida cambia, por ello hemos recurrido a este tema que seguro ronda por sus cabezas también.
La verdad es que en su momento se intentó con las motos turbocargadas, pero hoy en día no se ven en lo absoluto en los catálogos.
Según nuestros amigos de Diariomotor, hay varias causas para que esto ocurra, aunque antes recordaremos algunas motos que en los años anteriores sí emplearon este tipo de motorización, una lista que encabeza por supuesto la Honda CX500 Turbo, la más popular de todas, pero siempre considerando a la Kawasaki Z1R-TC como la primera de las motos turbocargadas.
A principios de los 80, cuando estas motos turbocargadas aparecieron, la tecnología de este tipo estaba realmente iniciando, de hecho los automóviles con estas características eran pocos y no lograban aún la confiabilidad de nuestros días, así que podemos imaginarnos lo que ocurría con las motos, de hecho la Honda CX500 tenía todo para ser una gran motocicleta, pero no lo fue.
Era una moto muy avanzada para la época, al menos eso nos recuerda Diariomotor: “no solo usaba refrigeración líquida, si no que contaba con inyección electrónica de combustible. El desarrollo del sistema de sobrealimentación fue largo y arduo, al igual que su packaging y "’fontanería´”, todo ello pese a su potencia de 80 caballos de fuerza, el doble que conseguía el modelo aspirado atmosféricamente.
El lanzamiento de las CX500 obligó a Yamaha, Kawasaki y Suzuki a lanzar motos turbocargadas desarrolladas en un corto periodo de tiempo. Todas ellas eran carburadas y algunas, ni siquiera tenían refrigeración líquida. “Toda esta locura apenas duró tres años: la producción de las motos turboalimentadas cesó en 1985, solo tres años después del lanzamiento de la popular Honda CX500 Turbo”.
Estas motos turbocargadas no solo eran complicadas y complejas a nivel técnico, sino que no eran aptas para todos los públicos. Eran motos viscerales, violentas, temperamentales y con demasiado torque como para que el aficionado normal las pudiera controlar a la primera.
Tanto que motos como la Kawasaki GPZ750 Turbo superaba los 110 caballos de potencia y era capaz de hacer un cuarto de milla de menos de 11 segundos, algo que solo un auto deportivo con un mínimo de 700 caballos es capaz de hacer.
Tal como los autos con motor turbo de esa época en los que parecía que el motor estaba muerto por debajo de ciertas revoluciones y su potencia explota de forma brusca en cuanto el turbo sopla. En un coche el turbo lag puede resultar desafiante, pero en una moto, no solo puede, sino que directamente es peligroso. “No solo el turbo lag planteaba problemas de usabilidad: el gran régimen de giro de las motos obligaba a elegir entre rendimiento a bajo régimen y "muerte" a altas vueltas, o viceversa. No eran motos de carácter lineal o equilibrado, en resumidas cuentas”, recuerda Sergio Álvarez, experto citado por la publicación.
Estas motos estaban basadas en chastises y modelos ya existentes, pero el extra de potencia de aquellas motos turbocargadas obligó a los fabricantes a reforzar ciertos componentes mecánicos, pero no estaban a la altura de las prestaciones requeridas, por ello los refuerzos adicionales y el propio sistema de sobrealimentación elevaban la complejidad de las motos. A consecuencia de ello, aumentaba su peso y aumentaba su precio, además de disminuir su fiabilidad.
Como todos sabemos, desde entonces no hay, no se conocen modelos de motor turbocargadas , aunque no dudamos que en un futuro próximo se pueda intentar llevar de nuevo la turboalimentación a las dos ruedas, siempre y cuando se logre un sistema que haga de la moto equilibrada y usable a diario, mientras eso no sea posible, no vale la pena su desarrollo.
Por otro lado nos encontramos que los motores atmosféricos que propulsan las motos actuales son motores extremadamente refinados y económicos por lo que un turbo, como ya mencionamos, solo añadiría peso y complejidad, para una mejora marginal en eficiencia y una ganancia en potencia al alcance, simplemente, de un atmosférico de más cilindrada.
Además para los más aficionados a las motos, hay que decirles claramente que en un motor turbo se pierde el giro tan libre del motor, además de gran parte del sonido, pues existe una especie de "techo de cristal" en la potencia de las motos a día de hoy.
Sin embargo, soñar no cuesta nada, por ejemplo motos turbocargadas que logren una potencia de 200 caballos de fuerza, serían el equivalente a esos hypercars con más de 1,200 caballos, una potencia que cualquier aventurero querría probar un día.
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