La obesidad, enemiga de la conducción (Parte 2)
Los fabricantes tratan de hacerle la vida más cómoda a las personas con problemas de obesidad pero, ¿será eso lo correcto para arreglar el problema?
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La obesidad no es un juego y menos al volante
En nuestra primera entrega platicamos de la situación de la obesidad y su relación con la conducción de vehículos automotores en donde explicamos que esta enfermedad no solo causa problemas al momento de manejar, sino que también resulta bastante peligrosa cuando se trata de un accidente en el que un conductor con grave sobrepeso se ve involucrado.
Comentamos los porcentajes de obesidad que ponen en riesgo la vida en un accidente y como una persona con morbidez puede tener hasta el 80 por ciento más de probabilidades de morir en un accidente o su recuperación que una que goza de buena salud y se mantiene en buena forma física.
También comentábamos sobre la necesidad de tener una buena alimentación, cambiar hábitos de transporte y poco a poco perder peso para que la obesidad sea parte del pasado para aquellas personas que viven con este mal que aumenta también la posibilidad de adquirir otros males que se le relacionan como la hipertensión.
Sobre la posición de conducción establecimos que normalmente los autos piensan sus modelos para personas de un peso correspondiente a estaturas promedio de 1.75, es decir los 75 kilogramos, por lo que una persona que rebasa por mucho ese peso, aunque en cuanto a estatura tenga la medida exacta, no va a encontrar una posición adecuada para conducir, lo que podría llevar a una peligrosa cercanía entre su abdomen y el volante y también comentamos que marcas como BMW han optado por adaptarse.
Y es que seguramente es más fácil adaptarse al mercado a esperar a que el mercado sea el que se requiere, es decir, es mucho más sencillo tomar medidas para ofrecer productos que se adapten a personas con obesidad a esperar a que estas personas lleven un proceso en el cual pierdan peso para estar en forma física.
Por ello comentábamos que marcas como BMW tienen la opción de desactivar la bolsa de aire frontal para que esta no afecte en caso de accidente al conductor con obesidad, quien tendría el impacto del inflado de la bolsa a mucho menos distancia que aquel que no tiene una gran “panza”.
Aceptarse con obesidad es una cosa, no luchar contra ella es otra cosa
Otros fabricantes ya han adaptado la manera de ingresar al habitáculo con sistemas que automáticamente repliegan el asiento y el eje de la dirección para facilitar su acceso, y una vez alojados en el interior vuelven a su posición habitual, una posición que como decíamos está pensada para personas sin obesidad, por lo que aunque en cuanto a distancia de brazos y ángulo de visión sea correcta, no lo es para nuestros órganos vitales en situaciones como esta.
Y es que aunque no lo queramos creer y existan, como antes mencionamos, campañas en las que se invita a la gente a aceptarse tal como es con la evidente y válida intención de no generar más enfermedades causadas por la baja autoestima, pero también es importante decir que la salud es primero y que si bien se puede aceptar a sí misma una persona con obesidad, también debe estar consciente de que en esas circunstancias de salud pone en riesgo su vida y más cuando se pone al volante de un auto.
De entrada con obesidad la posición ergonómica para conducir no es posible debido al cúmulo de grasas en la parte superior del tronco e incluso en las extremidades superiores e inferiores que dificultan el manejo de los controles superiores o bien, la activación de los pedales y por lo tanto propician también problemas en cuanto a los sistemas de seguridad.
Evidentemente el problema de obesidad puede arreglarse por medios médicos, ya sea cambiando los hábitos alimenticios y ejercitándose o bien por medios quirúrgicos, existe la posibilidad de superar en un alto porcentaje de los casos la obesidad, aunque tanto las adecuaciones de parte de los constructores como la posibilidad de adquirir autos de mayor tamaño o espacio, ayude en el proceso.
De hecho, en los Estados Unidos, el país constructor de autos con mayor problema de obesidad entre sus habitantes, el concepto de “espacio” en el habitáculo no fue pensado para la comodidad, las piernas o las rodillas, ni siquiera para la carga, sino que lo fue para los ocupantes con obesidad, que estos cupieran en los asientos traseros, otrora bastante pequeños para sus necesidades.
El poco espacio puede ser un arma mortal
Si sufres de obesidad, como tú, sabemos que si quieres, puedes cambiar, pero el proceso no será inmediato, por ello te daremos algunos consejos:
1- Si la distancia entre el volante y tu abdomen es menor a 30 centímetros a causa de la obesidad, solicita a tu mecánico desactivar la bolsa de aire frontal.
2- Busca vehículos con asientos de conducción más amplios, en este caso podrías pensar en pick-ups o vagonetas familiares.
3- Vigila los horarios en los que manejas y la duración de tiempo al volante debido a que el agotamiento es mayor con obesidad.
4- Cambia tus hábitos de transporte, no dependas tanto del auto y busca ejercitarte lo más posible, caminar un poco es una buena forma de comenzar tu lucha contra la obesidad.
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