La obesidad, enemiga de la conducción (Parte 1)
Combatir la obesidad no es sólo cuestión de buena salud sino de generar una mejor calidad de vida, incluida la de tener una mejor experiencia al conducir un vehículo
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La obesidad es enemiga de los conductores
En los últimos meses hemos escuchado sobre la necesidad de tener una vida saludable y de pelear en contra de la obesidad ya que esta puede traer graves problemas de salud y es que no hay que ir muy lejos, una persona con obesidad aumenta considerablemente su posibilidad de mortalidad si se contagia de la Covid-19, enfermedad causada por el coronavirus.
Es importante decir que en un mundo que trata de normalizar cada aspecto humano y que todas las personas nos queramos tal y como somos, también debe de existir un equilibrio, es decir, así como no podemos normalizar ni permitir los vicios que hacen daño a nuestra salud, también sería estúpido de parte de nuestra sociedad normalizar y aplaudir la obesidad como forma de vida, ya que de ninguna manera es saludable y por si fuera poco, afecta considerablemente la psique de los individuos, a tal grado que podemos afirmar que si bien casi nadie está conforme con su reflejo en el espejo, es seguro que no existe una sola persona gorda que sea feliz.
Evidentemente hablando de la industria automotriz, la obesidad es un tema que no debe permitirse pues tiene muchos riesgos para quien conduce un auto y sufre de obesidad pues no sólo sus reflejos se ven mermados al volante, sino que sus posibilidades de morir en un accidente de tránsito se disparan hasta en un 80 por ciento, lo cual no es poca cosa.
Este peligro extendido se da por un simple acto de la física: a mayor masa, mayor fuerza de impacto, por ello, una persona con obesidad tiene más riesgos de morir en un accidente, sin olvidar que en caso de sobrevivir en primera instancia, las enfermedades respiratorias o cardiovasculares, asociadas al exceso de grasa, complican en gran medida su recuperación hospitalaria.
Por si fuera poco, la obesidad, como puede verse a simple vista, genera poca movilidad al volante, poca comodidad también e incluso deja poco espacio tanto dentro como fuera del vehículo, lo que impide una rápida salida del auto en caso de ser necesario.
La obesidad es sinónimo de inseguridad al conducir
Problemas de movilidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza el IMC o índice de masa corporal (relación existente entre el peso y la talla) para identificar el nivel de grasa en un adulto. Y define el sobrepeso y obesidad como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Si el IMC es igual o mayor a 25, hablamos de sobrepeso y si es igual o superior a 30, nos referimos a obesidad.
Teniendo en cuenta todo esto y el hecho de que México sea el primer lugar mundial en obesidad, en gran parte debido a la pobre calidad alimenticia y el exceso de grasas saturadas y azúcares en las dietas, también quiere decir, por lógica que son demasiados los autos que están en circulación y que son conducidos por personas que sufren de obesidad.
Según una investigación realizada por la Universidad de Berkeley en California, los conductores que tienen un IMC por debajo de lo normal, es decir, los muy delgados, aumentan el riesgo de mortalidad un 19%. Sin embargo, a medida que aumenta la masa corporal, esa probabilidad se incrementa aún más: un 21% si hablamos de obesidad en grado I (IMC entre 30 y 35), un 51% en caso de obesidad tipo II (35-40 de IMC) y un 80% si es móbida (IMC de más de 40).
¿Y los fabricantes?
Esto se da, como decíamos, por simple física, “a mayor masa en movimiento, mayor energía cinética que debe disiparse y, por tanto, mayor fuerza de impacto”, además los autos no están preparados para conductores de gran peso y tamaño, por ejemplo los autos fabricados en España, como los SEAT están pensados en un ciudadano promedio, es decir, de 1.75 de estatura y 75 kilogramos de peso, lo que ya de entrada provoca que el conductor no esté cómodo en el habitáculo.
¿Un auto más grande es la solución?
Por ello expertos como el doctor Dietrich Jehle, profesor de Medicina de Emergencia en la Universidad de Buffalo, Nueva York, autor de una investigación realizada en 2010 al respecto, los conductores con sobrepeso deberían pensar en comprar vehículos de mayor tamaño y potencia de carga, mismos que les permitan una mayor distancia entre el asiento y el volante.
Existen también fabricantes de autos que han tomado la situación con filosofía, ya que si bien se recomienda que las personas con obesidad cambien su forma de vida y utilicen menos el auto con el fin de bajar de peso y así lograr una mejor convivencia con los autos, también saben que los efectos no son inmediatos, por ello, algunos tienen la opción de eliminar las bolsas de aire del volante en caso de que la persona con obesidad sea el conductor o bien, colocar más cámaras para reducir la necesidad de movilidad.
En nuestra siguiente entrega te daremos algunas recomendaciones sobre conducción y obesidad.
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